“Es como contemplarse en un espejo, la forma y el reflejo se observan. Tú no eres el reflejo pero el reflejo eres tú. Maestro Tozan

miércoles, 15 de diciembre de 2010

La fotografía metafísica de Herbert List

La realidad es la emanación, rodeada de misterio, del mundo interior." Con estas palabras del poeta alemán Novalis iniciaba Her­bert List su libro Zeitlupe Null ("Retardador cero"), concebido a finales de la década de los treinta. Así definía el concepto de Zeitlupe Null acuñado por él: "Imágenes afe­rradas en el espacio de un instante durante el cual se consuma la detención del tiem­po". List percibía los objetos que quiso inmortalizar en sus obras de aquellos años como manifestaciones metafísicas aisladas en el tiempo y en el espacio, independien­tes del significado que realmente tenían. 

Sed (1939)
Los objetos que ve Herbert List conforman un pequeño mundo en el que queda refle­jada su vida interior. Su función es la de iluminar ese interior provocando eventuales asociaciones de ideas. 

Para List es esencial la "sustancia mágica" de los objetos, ya sean éstos mazas, bicicle­tas, muñecas, máscaras, gafas, ceniceros, sillas o mesas. Esa sustancia provoca una ten­sión recíproca que liga los cuerpos. Alude, en ocasiones, al misterioso vínculo que se establece entre una mesa y una silla. Otras veces crea contrastes metafísicos, como la contraposición de un pez en el interior de su pecera con el mar al fondo. La atmósfe­ra abstracta creada por un horizonte ilimitado o por una playa sin fin, por la utiliza­ción de sombras sobre superficies lisas o por una luz misteriosa son elementos que contribuyen a reforzar el componente irreal de sus imágenes. 

List empleaba con frecuencia como modelos a sus amigos y compañeros. Los disfraza­ba, los envolvía en telas de lino, componía con sus imágenes collages y exposiciones dobles, consiguiendo de esta forma fotografías de una gran intensidad simbólica. Objetos inanimados y modelos humanos tienen, en la obra de List, un cierto halo de inocencia: con la imagen de la monumental estatua cubierta de telas en la aún no inaugurada Exposición Internacional de París de 1936, pretendió simbolizar, algo in­genuamente, el poder fascista. Ni el joven que sostiene un vaso de whisky en la foto­grafía titulada Sed (1939), ni el propio autor, debieron darse cuenta de que con aque­lla imagen se estaban sentando las bases de un lenguaje profundamente psicológico que más tarde sería la piedra angular de las actuales técnicas publicitarias. 

En esas obras iniciales, el fotógrafo parece establecer comunicación con un mudo: sus imáge­nes comunican temores inconscientes, tácita belleza, asociación de las ideas genera­das, no por los objetos en sí mismos, sino por las fisuras de sus propios significados. List trabajó en Hamburgo, en el negocio familiar de importación de café hasta 1936, considerando la fotografía como un pasatiempo. No pudo publicar su libro Zeitlupe Null al verse obligado a abandonar Alemania por motivos políticos. Sin embargo, colgó sus obras en una exposición celebrada en 1937, en París, ciudad en la que se estableció durante algún tiempo antes de trasladarse a Londres y más tarde a Grecia. El fotógrafo, apasionado de la mitología griega, dedicó esos años a la elaboración del libro Licht üher Hellas ("Luz sobre la Hélade"), que se publicó en Alemania en 1953. Estas fotografías no son simples reproducciones de un paisaje, sino visiones, llenas de misticismo, de un pasado grandioso. En ellas se hacen evidentes la clara identificación de List con el romanticismo alemán y la estrecha relación con los elementos surrealis­tas de la pintura metafísica de De Chirico.

Las primeras experiencias fotográficas de List están muy influidas por Dalí, Magritte y Man Ray, aunque, sin duda, su maestro fue el De Chirico de la primera época, cuyas obras ejercieron un gran ascendente sobre él. El crítico de arte Günter Metken creó, a partir de la obra de List y de otros autores de su misma línea, el concepto de "fotogra­fía metafísica". Las obras de List y las naturalezas muertas de De Chirico, aunque de origen muy diferente, presentan multitud de elementos comunes. Ambos manifestaron en su día su admiración por otro gran artista, Giorgio Morandi, quien desarrolló en su obra un agudo espíritu de observación estética de los objetos triviales. En 1950 List visitó y retrató a De Chirico en Roma y a Morandi en Bolonia: De Chirico, lleno de jactancia y presunción, ya lejos del extraordinario período creativo de sus prime­ros años, era un fatuo monumento a sí mismo; Morandi continuaba siendo un soña­dor fantástico, embelesado por sus entrañables cálices y botellas. 

Las primeras obras de List tendían abiertamente al formalismo de Andreas Feininger, hijo del pintor Lyonel Feininger. Este gran fotógrafo convivió con List en Hamburgo, en 1930, y le convenció para que comprase su primera cámara. En Feininger pueden encontrarse influencias de los elementos abstractos que usaba en la composición plástica Moholy-Nagy, aunque también es indudable su relación con el impulso inno­vador de la Bauhaus.
En estos años se desarrolló en List el idealismo del movimiento juvenil alemán, cuya ideología se basaba en la exaltación de los valores del romanticismo del siglo XIX. 

Ésta es la descripción que hizo el escritor inglés Stephen Spender del estilo de vida de List en aquellos años: "Herbert era el aglutinante de un grupo de amigos que constituía para mí lo más libre y espiritual que podía encontrarse en la nueva Alemania. Eran hijos del sol. Para ellos, más importante que la política, los negocios o la actividad profesional era 'la vida', o sea, la amistad, el amor libre, la cultura física y la naturale­za". Spender, londinense e intelectual de izquierdas, quedó subyugado por la Alema­nia de los años treinta. 

Esta élite intelectual le parecía, sin embargo, inocua desde el punto de vista social y político. Spender acusó a List de no polemizar, ni en sus foto­grafías ni en su vida privada, sobre la problemática social de su tiempo. Evidentemen­te le sobraban motivos para ello. List no consideraba que ése fuese su cometido. Las fotografías de la antigua civilización griega o las de la ciudad de Munich destruida por los bombardeos no le interesaban como ejercicio estético en el sentido manierista del término, sino por su significado metafísico. 

Se trataba, por una parte, de reflejar la fas­cinación que ejerce una civilización con dos mil años de antigüedad y, por otra, de plasmar las apocalípticas consecuencias del conflicto que enfrentó al Reich hitleriano con el resto del mundo, escogiendo para ello la ciudad natal del movimiento nazi, llena también de influencias helénicas, sobre todo en el ámbito arquitectónico. Herbert List prosiguió la búsqueda de la dimensión metafísica observando todo aque­llo que le rodeaba con una fuerza cada vez mayor. La contemplación de las personas, no como voyeur o como reportero, sino como observador aislado, reflexivo y distan­te, se inició en Hamburgo, a orillas del Báltico, en los años treinta, y continuó en las siguientes décadas. 






Durante sus paseos no pensaba en los individuos que se cruzaban en su camino, sino en la humanidad y en los problemas de la existencia. Especial preocupación le causaba todo lo relacionado con la infancia, la vejez y la soledad. Su carácter retraído le dotaba de un especial sentido para escoger los modelos idóneos. A pesar de esta innegable introversión, List estuvo siempre rodeado de un reducido, aunque afectuoso, círculo de amigos, a quienes fotografiaba con gran placer y mucha frecuencia. En estos casos, el acto de fotografiar se convertía en una especie de pose­sión mágica y erótica. Para él era esencial captar en su totalidad el alma y el cuerpo de las personas que le eran queridas.

De esta forma, List se especializó en el retrato. Muchos de los protagonistas de estas obras eran artistas o amigos suyos y, en muchas ocasiones, ambas cosas. Entre 1940 y 1960 List se codeó con la práctica totalidad de la elite artística europea, especialmente de Francia, Alemania e Italia. Antes de retratados, entablaba amistad con la mayoría de los pintores, escultores, compositores, escritores y actores, ya que era esencial para él que existiese absoluta confianza entre fotógrafo y modelo. Retrató a Pablo Picasso, Georges Braque, Joan Miró, Jean Arp, lean Cocteau, Marino Marini, Giorgio Morandi y muchos otros que solían dedicarle alguno de sus trabajos, enriqueciendo así su gran colección de arte. 


En estos retratos puede observarse también una cierta dimensión metafísica: List con­sigue casi siempre penetrar en la totalidad del personaje, reflejar la emanación espiri­tual y la atmósfera que le envuelven. En los años cincuenta, List, que hasta entonces siempre se había considerado como un aficionado más, intentó introducirse en el mundo profesional y comercial. Publicó varios libros que no siempre obtuvieron el éxito deseado. 






La colección de imágenes de Roma (Roma, 1955) obtuvo un alto nivel de calidad
estética y reflejó el fuerte vínculo que une al autor con esta ciudad. El libro titulado Nápoles (1961) fue elaborado con la ayuda de Vittorio de Sica, amigo suyo, y captó el temperamento y humanidad de los napolitanos en clave cinematográfica de neorrealismo. En un viaje a tierras caribeñas obtuvo fascinantes imágenes e intensas experiencias vitales. Con ellas compuso Caribe (1958). La atracción que sentía List por las máscaras y su significado ritual le llevó a publicar, en 1963, el libro sobre arte po­pular nigeriano Bildwerke aus Nigeria ("Imágenes de Nigeria").
 
Por otra parte, publicó fotografías de México, del Caribe, de Milán y de Nápoles en algunos números de la revista cultural suiza Du, de su amigo Immanuel Gasser, quien, con ocasión del setenta cumpleaños del artista, publicaría su obra completa.


 Los libros reseñados revelan la habilidad de List en el empleo del color. Lo usaba para demostrar su gran sensibilidad y con él, a veces a su pesar, dio una nueva dimensión a su trabajo. Hizo también esporádicas incursiones en el campo del periodismo gráfi­co colaborando, con éxito relativo, en revistas como Life, Epoca, Heute y otras. Quizás el más significativo de estos trabajos fuese el reportaje realizado en la Casa Verdi, residencia de reposo para artistas líricos ya retirados: en estas imágenes, carga­das de intensidad, pudo combinar de forma perfecta su atracción por los temas de la vejez y la soledad con su profundo respeto por la personalidad de los artistas.



En 1963 Herbert List abandonó la fotografía casi por completo. Desde su juventud ha­bía coleccionado grabados y bocetos. Después de la guerra concentró su atención en el coleccionismo y, más concretamente, en los maestros de la pintura italiana de los siglos XVII y XVIII. Dedicó cada vez más tiempo a aumentar sus conocimientos históri­cos y artísticos, visitó las colecciones más importantes de Italia, Francia e Inglaterra, y asistió a las principales subastas de Christie's y Sotheby's. Adquirió dibujos de los grandes maestros del manierismo, inspiradores de su obra fotográfica. El coleccionis­mo se convirtió en su gran pasión, como antes lo había sido la fotografía, que aún proporcionaría al anciano List momentos de satisfacción.



Después de su muerte, en el año 1975, la colección Herbert List fue expuesta en los principales museos de Alemania Federal, junto con una selección de sus fotografías más significativas, publicadas en la obra de Günter Metken Herbert List-Fotografía me­tafísica (Schirmer Mosel, Munich 1976). En el mismo año apareció un volumen que reunía todos los retratos realizados por List, Portraits (1976). 

Recientemente se ha publicado, bajo el título de Zeitlupe Null, un portafolio de diez ampliaciones originales de sus primeras obras, sin duda la aportación fundamental de Herbert List a la fotografía de este siglo.

3 comentarios:

  1. Me ha fascinado tu sitio, amo la fotografia y la casualidad me trajo hasta aca, viva la casualidad.
    Te sigo
    Saludos desde el sur del mundo.

    ResponderEliminar
  2. Navegante, gracias por tu saludo. Un abrazo infinito...

    ResponderEliminar
  3. a mi la causalidad me ha traìdo hasta aquì, excelente espacio, Gracias por compartirlo!! :)
    FOtografìa + Metafìsica. amo las 2. :)
    Claudia Silver.
    Argentina.

    ResponderEliminar

Déjanos aquí tu Opinión.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...