Que salga bien la imagen es “lo único” que le importa al fotógrafo
canadiense Jeff Wall (Vancouver, 1946). Así que su “primer acto
creativo” consiste en “no fotografiar nada”, es decir, “abstenerse de
capturarlo, aunque sí experimentarlo, atestiguarlo, sea lo que sea”.
Luego, Wall emprende un proceso “reconstructivo o constructivo”, en el
que busca la manera de que la experiencia tenida en torno al tema halle
la forma de convertirse en una imagen.
Explica: “Hay cosas que
cambian. Por ejemplo, algunos de los temas (de sus fotografías), tal vez
hayan sucedido en equis lugar, pero los fotografié en otra parte.
Seguido regreso al lugar donde vi todo y pienso: ‘bueno, quizá puedo
trabajar aquí’; sin embargo, el sitio ya no me parece el adecuado. En el
proceso de reconstrucción desarrollo una especie de libertad artística
para recrear el acontecimiento.
“Mi objetivo al hacer esos cambios
tiene que ver con dar cuenta de cómo fue experimentado el hecho. La
transformación que sucede, ya sea reconstrucción o montaje, busca hacer
lo que considero una buena imagen”.
Jeff Wall se titula
la selección de las búsquedas más recientes del fotógrafo canadiense,
que será inaugurada el jueves 5 a las 20 horas en el Museo Tamayo Arte
Contemporáneo. La exposición, su primera en México, consta de sólo 16
imágenes: nueve transparencias a color, colocadas en cajas de luz, y
siete impresiones en blanco y negro enmarcadas de manera tradicional, la
mayoría creadas entre 2000 y 2007, las últimas de gran formato, con un
promedio de seis por ocho pies. Ese mismo día, pero a las 18:30 horas,
Wall ofrecerá una plática en el auditorio del museo.
El artista
trabaja fotografías individuales, no por series, para “no crear una
devoción hacia el tema, lo que reduce mi libertad. No quiero ser un
fotógrafo de ese tipo, porque mi devoción es para mis imágenes”.
También
le interesa la emoción, elemento relevante en “todo buen arte”. Aclara,
sin embargo, que la emoción en sus tomas “no necesariamente es
inherente a las personas, sus gestos o sus expresiones. Una imagen puede
generar emoción a partir de su composición, sus tonos, la relación de
formas, etcétera. La figura tal vez sea sólo parte de esa construcción
del sentimiento. Así que me interesa una relación emocional entre el
cielo y el horizonte, entre un tono oscuro y otro más claro, entre un
elemento vertical y uno horizontal”.
Entre lo real y lo
provocado
De niño, Wall pintaba y
dibujaba. Siendo adolescente empezó a interesarse por la fotografía “en
el contexto del marco de referencia experimental y radical de los años
60 –tenía 18, 19 años–, mediante el arte conceptual y al tratar de
involucrarme con lo que sucedía en aquel entonces”. De niño, acota, “me
interesaban más los pintores de antaño. Me fascinaba Picasso y los
artistas de ese tipo. Eso se mezclaba con mi interés por la fotografía,
porque tenía el ejemplo de lo que la pintura podía hacer como arte
visual, que siempre influyó en mi manera de ver la foto”.
En 2002,
Wall recibió el premio internacional de la Fundación Hasselblad en
fotografía. En lo que va del nuevo milenio el artista ha tenido
exposiciones en la Tate Modern, en Londres; en el Museo de Arte Moderno
de Nueva York, el Instituto de Chicago, el Museo de Arte de San
Francisco y el Deutsche Guggenheim, en Berlín.
Trabaja tanto a
color como en blanco y negro: “Comencé a trabajar en color en los años
70, quería usar blanco y negro, pero no tenía los medios. Tardé mucho en
lograrlo. Cuando empecé no tenía cámara, ni estudio, ni equipo de
ningún tipo. Cuando podía conseguía el equipo prestado. Poco a poco
conseguí esto, lo otro, compré una cámara y después de 15 años conseguí
un lugar donde fue posible construir un cuarto oscuro con la finalidad
de lograr el tipo de impresiones que quería. Mis fotos en blanco y negro
tienen que hacerse de cierta manera y me tomó mucho tiempo
realizarlas”.
Con las fotos de Wall, el espectador a veces
pregunta si lo que ve realmente pasó o fue provocado: “En muchas de mis
imágenes colaboro con las personas, preparo cosas; en ese sentido son lo
que llamo cinematográficas, porque están hechas a la manera de las
tomas fílmicas. Pero durante ese proceso muchos accidentes tienen lugar,
muchos cambios suceden en el proceso de hacer esa película. Así que no
existe una línea divisoria real, absoluta, clara entre lo que fue
capturado y lo que fue ejecutado. Allí es donde está más ahora la
fotografía, trabajando con la indefinibilidad de estos dos polos
aparentes”.
Texto: Merry MacMasters, La Jornada
Interesantísimo artículo, me ayudará para uno que estoy escribiendo.
ResponderEliminarSólo una puntualización, la foto de la mujer desnuda con una especie de monstruo en el sofá, no es de Jeff Wall, sino de la serie "Understanding Joshua" de Charlie White.
Un saludo.