Entre los nombres de los nuevos valores del arte francés está el de esta joven mujer que ha hecho de la fotografía un método de investigación de formas y estilos de vidas, una manera de acercarse a personas y lugares, a ideas y conceptos que tal vez no habrían encontrado el mismo tratamiento visual con otras técnicas. Curiosa por naturaleza, Valérie Belin se plantea el color desde el blanco y negro, el vídeo desde la inmovilidad de la fotografía, la profundidad desde el plano fijo de la mirada fotográfica. Su trabajo, siempre relizado en series, se ha basado en -desde la superficie- atravesar esas formas, esas pieles brillantes casi siempre, para llegar a otro sitio como la Alicia del País de las Maravillas.
- Dentro de unas semanas viajarás a Marruecos para realizar la serie en la que trabajas desde hace varios meses, las Bodas. ¿Por qué Marruecos?

- ¿Acaso te estás convirtiendo en una especie de reportera?
Ya me enfrenté a ese tipo de situación con la serie anterior, los Culturistas, donde tuve que meterme en un medio desconocido para poder realizar las fotografías que quería hacer. Empecé poniendo unos anuncios en una revista especializada. Finalmente, fui a los lugares de competición donde se exhiben los culturistas. Viví encuentros increíbles. Y me doy cuenta de que, en adelante, es algo que forma parte del trabajo. Me gusta ir hacia lo desconocido, entrar en un mundo que he de hacer mío, me siento un poco como Alicia en el país de las maravillas. En otro estilo, la serie sobre las carnes también requirió sumergirme en un mundo muy especial, el mercado parisino de Rungis, para acceder a las cámaras frigoríficas donde estaban almacenados los trozos de carne de vaca que quería fotografiar. Y negociar con los carniceros de Rungis no es cosa fácil.
- Ahora, con estas últimas series, hay un componente de testimonio antropológico en tu trabajo. ¿Qué opinas de esta evolución a todas luces bastante sorprendente, ya que empezaste fotografiando objetos inertes, bodegones: cristalerías, espejos, flores, vestidos, coches...?
Creo que hay dos razones para ello. En primer lugar una razón personal, que forma parte de la evolución personal, que, efectivamente, me ha conducido de lo inerte a lo viviente: la serie de los Culturistas pone de manifiesto una presencia explícita del cuerpo que con anterioridad sólo había sido sugerida, de forma metafórica. La segunda razón se debe a la evolución del oficio. Considero que el reportaje fotográfico y la fotografía de prensa tienden a desaparecer. Se encargan cada vez menos reportajes. Para ilustrar un estudio cualquiera o un artículo, recurren preferentemente a los catálogos de los bancos de imágenes, libres de derechos. Así, el fotógrafo autor, hoy, es el artista que se adentra en territorios que anteriormente se identificaban con el periodismo, en la actualidad más o menos abandonados. (...)
Por Catherine de Smet
Fuente: Número Cero de la Revista EXIT
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